lunes, 12 de marzo de 2007

¿ERA PLATERO IRLANDÉS?



Y POR FIN LLEGUÉ A IRLANDA...

Tenía miedo pero el miedo se disolvió aquella fría tarde de noviembre cuando llegué a Dublín...

¿Quién me diría a mi que encontraría a Platero frente al Atlántico? Pero no al Atlántico que lo vió nacer, sino en la fría costa irlandesa, donde el viento se convierte en europeo y la hierba crece en la misma playa...

"Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra... Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
— Tiene acero...
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo
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2 comentarios:

Sr. Sotomonte dijo...

Un libro que podría equiparar a "El Principito" de Saint-Exupery, lleno de magia que nos devuelve al tiempo de nuestra infancia donde la realidad y la ilusión iban juntas en la misma amalgama.

Virlanda dijo...

Cierto, libros que se visten con el disfraz delibros infantiles pero que en realidad encierran demasiada filosofía para un niño...librso qeu debemos releer de adultos y intentar analizar mas alla de lo que cuando eramos niños nos parecian cuentos, magia y fantasía...