sábado, 24 de noviembre de 2007

BALADA DE OTOÑO EN LUXEMBURGO

Llueve.
Tras los cristales,
llueve, llueve.
Sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve.
Pintaron de gris el cielo,
y el suelo se fue abrigando de hojas.
Se fue vistiendo de otoño.
La tarde que se adormece,
pareceun niño que el viento mece
con su balada de otoño...
Una balada de otoño.
Un canto triste de melancolía
que nace al morir el día.
Una balada de otoño,
a veces como un murmullo,
y a veces como un lamento,
y a veces viento.
Llueve.
Tras los cristales llueve, llueve
Te podría contar
que está quemándose el último leño en el hogar,
que soy muy pobre hoy,
que por una sonrisa, doy
todo lo que soy,
porque estoy solo y tengo miedo...
Si tú fueses capaz
de ver los ojos tristes de una lámpara y hablar
con esa porcelanaque descubrí ayer,
y, que por un momento,
se ha vuelto mujer.
Entonces, olvidando
mi mañana y tu pasado,
volverás a mi lado.
Se va la tarde, y me deja
a queja que mañana será vieja
de una balada de otoño...

Joan Manuel Serrat

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