lunes, 16 de enero de 2012

CRISTALES MOJADOS

La lluvia no dejó de caer en nuestro segundo día en Viena.
Era una lluvia de verano, de esas finas y constantes que empapan hasta los huesos.
Solo la belleza de una ciudad como Viena es capaz de hacerte levantar la cabeza en un día de lluvia hacia sus imponentes edificios.
El agua no empaña el espíritu de una ciudad que sigue siendo imperial...

3 comentarios:

BISHARRAKA dijo...

oye VIR!!! tengo la rebeca (gracias) pero ningún recuerdo de tu visita. Siento la ausencia. Más estando ansiosa de verte..tenía compromisos y celebraciones...y nuevas aventuras por el camino...ya hablamos. Besos

Virlanda dijo...

Te eché de menos pero se que tú a mi también...tienes muchas cosas que contarme...

Anónimo dijo...
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