¡¡¡Comenzamos el tercer trimeste!!! El periodo de engorde propiamente dicho, ¡¡¡y a la vista está!!!
Esta semana nuestro bebito pesa un poco más de 1,200 kg y mide un poco más de 37,5 centímetros, desde la parte de arriba de la cabecita hasta los talones. Lo más emocionante de esta semana es que ya puede abrir y cerrar los ojos que, además, ¡hasta tienen pestañas! Todavía no los abre para ver, es más bien un reflejo.
Por una parte empieza a parecerme que llevo embarazada media vida, es una sensación curiosa. El pequeño "milagro" sigue creciendo y desarrollandose a una velocidad impresionante. Ya tiene cejas y pestañas, y cabello en su cabeza, con los párpados y los ojos completamene formados. El cuerpecito se esta volviendo redondeado y gordiflón. El tono muscular mejora gradualmente. Ahora ya podemos hablarle frecuentemente porque el ya le reconoce nuestra voz, aunque es la mia la que mas reconoce porque es la que escucha durante todo el día y la que está mas cerca de él o de ella. Su piel dejó de ser transparente porque se depositó queratina, igual que en la piel adulta. Los pulmones comienzan a producir surfactante, sustancia imprescindible para el inicio de la respiración fuera del útero. Su corazón late a unos 140 lat./min. Sus períodos de vigilia son más prolongados respondiendo con movimientos contundentes a estímulos externos. Se mueve constantemente, sobre todo por la noche y ya puedo sentir cuando cambia de postura y gira dentro del útero. Si miras fijamente mi barriga puedes ver como se mueve desde dentro. Ya he sentido su primer hipo que me hizo levantarme de la cama, era como si un pequeño terremoto se moviera dentro de mi. Parece que las conductas espontáneas del feto parecen tener arraigados unos patrones regulares de movimiento. El feto maduro mueve sus brazos y piernas una vez cada minuto, ciclo similar al de los recién nacidos.
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