Que pena me da tener que esperar otro año para volver a sentir Sevilla en Semana Santa...¡ ¡¡soy tan feliz en Semana Santa que se me nota hasta en el cutis!!! Cuando comienza la cuaresma me recorre un calor que comienza a derretir las nieves del invierno y el deshielo se completa con el sol brillante del domingo de ramos en el rostro.
Cuando llega el Vía Crucis de las Hermandades el azahar ya me llega por la cintura y comienzan a aparecer en mi recuerdo el perfil de viejos rostros ligados irremediablemente a Sevilla y a mi en Semana Santa y que hace tiempo que se alejaron, algunos quizá nunca regresen... pero siempre tendrán un lugar en esta Sevilla que hago mía cada día y recorrerán conmigo las viejas callejas del centro para ver pasar nazarenos y deslumbrarse ante aquel palio en su mejor revirá.
La Semana Santa está repleta de momentos únicos que se repiten cada año. En esencia todo es igual o al menos eso puede parecer al foráneo, pero cada año todo cambia o quizá sean mis ojos los que sean diferentes cada año, pero siempre tengo la sensación que si este año no vivo cada momento me estaré perdiendo algo único e irrepetible.
Cuando llega el Vía Crucis de las Hermandades el azahar ya me llega por la cintura y comienzan a aparecer en mi recuerdo el perfil de viejos rostros ligados irremediablemente a Sevilla y a mi en Semana Santa y que hace tiempo que se alejaron, algunos quizá nunca regresen... pero siempre tendrán un lugar en esta Sevilla que hago mía cada día y recorrerán conmigo las viejas callejas del centro para ver pasar nazarenos y deslumbrarse ante aquel palio en su mejor revirá.
La Semana Santa está repleta de momentos únicos que se repiten cada año. En esencia todo es igual o al menos eso puede parecer al foráneo, pero cada año todo cambia o quizá sean mis ojos los que sean diferentes cada año, pero siempre tengo la sensación que si este año no vivo cada momento me estaré perdiendo algo único e irrepetible.
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