Es curioso como para que se desarrolle nuestro cerebro hasta poder pensar lógicamente la naturaleza se ha visto obligada a hacernos seres completamente incapaces de valernos por nosotros mismos en nuestros primeros años de vida. Tan indefensos y tan a merced del medio y de los demás. Todos los mamiferos dependen de sus madres en sus primeros años de vida pero ninguno es tan dependiente como lo somos los humanos, es el precio que hemos de pagar por nuestra inteligencia. Como escuché una vez “los bebés están diseñados para gustar” si no fuera así sería imposible la supervivencia de la especie.
En nuestros primeros días somos un manojo de reflejos que aseguran nuestra supervivencia y que hacen que nuestros padres se sientan totalmente responsables de nosotros y eso nos permita seguir vivos.
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