lunes, 24 de octubre de 2011

QUÉ BONITA HISTORIA "EL CASCANUECES"

Seguimos con el ballet, no se cual de las dos está mas emocionada, si la madre o la hija. Hemos empezado a ir a clases de ballet para madres e hijas(o hijos, o padres e hijas o hijos) y la verdad es que muy divertido y a mi me está sentando genial! Antonio, el profe es estupendo y sabe llevar a las niñas y que se diviertan porque en realidad el ballet es muy duro y ellas muy pequeñitas (por ahora solo estamos dos parejas mamá-niña y las niñas tienen 3 añitos). Además tenemos un nuevo miembro en la familia: Aurora, una bailarina profesional que nos enseña los pasos, posturas y movimientos y que va con nosotras a todas partes!Antonio la ha admitido en la clase y se ha convertido en la mascota. la verdad es que es muy útil para enseñarles los ejercicios y que ellas los hagan como un juego. Ya tenemos el equipo casi al completo, nos faltan los maillots que iremos a buscarlos esta semana. Nos pasamos el día oyendo a Tchaikovsky, porque el resto no le hacen mucha gracia, Mozart dice que hace mucho ruido, Vivaldi le da miedo, así que Wagner ni lo he intentado, Bach dice que va despacio....
LA HISTORIA DEL CASCANUECES
Ir a ver el Cascanueces una Navidad en Nueva York es una de esas cosas que me gustaría hacer en la vida, sentirla magia y el explendor que solo los americanos saben dar a los espectáculos.
Todos los años, la compañías de ballets más reconocidas del mundo ensayan dentro de sus repertorios las coreografías que conforman el ballet más esperado de la época decembrina: El Cascanueces. Esta obra representa para muchos un deleite artístico que conjuga una maravillosa partitura con una historia que permite soñar hasta el punto de hacer sentir niños a los espectadores.
La obra fue estrenada el 17 de diciembre de 1892, en el legendario teatro Mariinskii de San Petersburgo bajo la coreografía original de Lev Ivanov, el libro de Marius Petipa y la música de Piotr I. Tchaikovsky. Del ballet navideño que hoy se conoce hay una gran distancia del original, la coreografía de Ivanov se fue perdiendo con el pasar de los años por falta de registros o de anotaciones que conservaran los pasos que componían la obra. Lo poco que se preserva es producto de un traspaso de conocimientos entre bailarines, quienes fueron en el tiempo participando en los montajes de esta joya del ballet clásico.

La primera historia que se conoce de El Cascanueces está basada en el libro de cuentos de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, titulado: "El Cascanueces y el Rey de los ratones" (1816); sin embargo, el argumento que daría vida, años más tarde al ballet de Tchaikovsky deriva de una adaptación que Alejandro Dumas (padre) hiciera del texto de Hoffmann.
Cuando Ivan Vsevolozhsky, director de los Teatros Imperiales Rusos y Marius
Petipa le encomiendan a Tchaikovsky que escriba la partitura para la pieza, éste no se mostró muy convencido ya que consideraba que el argumento del cuento de Hoffmann carecía de fuerza y de encanto como para crear un ballet; sin embargo, Vsevolozhsky y Petipa lograron convencerlo.
Paradójicamente, a lo que hubiera podido pensar el compositor ruso, El Cascanueces se convirtió en una de sus obras más expresivas, melodiosas y reconocidas por el público.
George Balanchine: un ruso que inmortalizó el Cascanueces norteamericano

La versión de George Balanchine bailado todos los años por el New York City Ballet desde 1954, marcó la diferencia con todos los demás espectáculos de este tipo debido a la introducción de efectos especiales y de luz que hacen que su producción, ideada especialmente para los niños, esté llena de ilusión y magia.
El más imponente y famoso de los efectos añadidos por este coreógrafo ruso es la transformación del árbol de navidad de la mansión Stahlbaum durante el sueño de Clara, el cual crece de 12 a 40 pies de alto durante el primer acto y que siempre causa gritos de admiración dentro del público en cada función.

La Historia
La historia tiene lugar en Alemania aproximadamente en 1850,
en la casa del respetable juez Stahlbaum, quien junto a su esposa tiene dos adorables hijos: Clara y Fritz. En la víspera de navidad, el juez ofrece una fiesta a la que están invitadas las familias más respetables de Nuremberg; así como, el excéntrico padrino de Clara: Herr Drosselmeyer, quien asiste a la reunión con su sobrino, Daniel.
Drosselmeyer es fabricante de relojes y fantásticos juguetes mecánicos. Como mago, tiene el don de divertir a los niños para quienes inventa alegres bailes y realiza increíbles trucos. Para la fiesta de los Stahlbaum, el padrino de Clara lleva un regalo especial para su ahijada que no es otra cosa que un Cascanueces: un soldado de madera que sirve para romper las nueces.
A Clara la encanta el Cascanueces y juega con él durante toda la fiesta, aunque Fritz y sus primos no paran de molestarla e incluso intentan rompérselo, pero Drosselmeyer interviene, lo recompone y se lo devuelve a Clara tal y como se lo regaló.

La fiesta continúa; los abuelos también bailan superando los achaques propios de su edad mientras los niños juegan. Al finalizar la fiesta navideña, Clara se queda dormida en un sillón de la casa y desde allí emprenderá un fabuloso sueño.
En su fantasía Clara regresa a escondidas al árbol de Navidad para recuperar su muñeco Cascanueces y se sorprende al encontrar que el salón de su casa está lleno de ratones gigantes. Drosselmeyer, aparece en su sueño y por acto de magia, desaparece el mobiliario casa, hace crecer el árbol de navidad a un tamaño gigantesco y por último transforma al muñeco Cascanueces en tamaño real y a los soldados de Fritz en un pelotón.
Se desata una pelea entre los ratones y los soldados de madera. El Cascanueces, lidera la pelea. Clara ayuda a ganar la batalla lanzando una de sus zapatillas al Rey de los Ratones, quien cae derrotado. Al final de esta contienda, Drosselmeyer convierte el salón en un bosque invernal en donde Clara y el Cascanueces -ahora transformado en un apuesto Príncipe-, bailan junto con los copos, la Reina y el Rey de las Nieves.Clara y el Príncipe Cascanueces continúan su viaje por el mundo de ensueño. Se despiden del reino de las Nieves y siguen su camino por el Río de la Limonada hasta llegar al Reino de las Golosinas donde la Reina de los Dulces los espera con un agasajo en su honor en donde varios bailarines de distintas partes del mundo bailan para ellos.
Finalmente, el mundo onírico de Clara se desvanece y ella se despierta dándose cuenta que todo ha sido un sueño. Sus padres van a buscarla para que salga al portón a despedir a su padrino Drosselmeyer quien junto con Daniel regresa a su taller de relojes y muñecos.
Y ¡oh! sorpresa para Clara cuando sale al pórtico de su casa y se da cuenta que su Príncipe Cascanueces no era otro que Daniel, el sobrino de su padrino Drosselmayer

Rebekka y Aurora bailando "El Cascanueces"










¡¡¡QUÉ BONITA HISTORIA, ME ENCANTA!!

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