Iglesia de la Anunciación, una de las mejores representaciones del Renacimiento sevillano, en el corazón de Sevilla, casa de la Virgen del
Valle, talla barroca del siglo XVII que no tiene padre reconocido, aunque todos los indicios señalan a Martínez Montañez o a Juan de Mesa, máximos representantes de la imaginería barroca sevillana. Cuando empieza la cuaresma la virgen es colocada en
septenario, en impresionante altar, muy alto rodeada de velas que van desde el suelo hasta la imagen de la Virgen, el altar se coloca tras el gran retablo de caoba y oro, bajo la cúpula
de casetones. La imagen de la Virgen del Valle en las alturas impresionan a todos los que visitan el templo durante la cuaresma, parece que flotara entre cirios. El Viernes de Dolores se realiza el descenso de la virgen
hasta su paso procesional. En la iglesia solo entran los justos, solo los que
la bancada de la iglesia pueden acoger,nadie puede estar de pié. Se cierran las puertas, se apagan las luces,
solo vemos las velas del altar y los cirios que portan los hermanos. Suena un cuarteto de violines y violonchelo y comienza el acto. La
virgen baja de las alturas muy lentamente a través de unos raíles que la deja sobre una pequeña plataforma rodeada de grandes
cirios. Los hermanos costaleros la levantan a pulso y la llevan por el
lateral izquierdo de la iglesia mientras suena la música y un pequeño
hermano de la cofradia le da vueltas al incensario. Pasan por el lateral
derecho y al fin la llevan por el pasillo central para dejarla ante su
palio de plata que la espera...el tiempo en estos actos se detiene y te
transporta a una época que nunca hemos vivido...
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