Había una vez unos
niños y niñas que tenían tres años y a los que les había llegado el momento de
ir al cole. Los niños no sabían si eso del cole les iba a gustar, si sería
divertido o se aburrirían, si les gustarían sus nuevos amigos o si su clase
sería bonita…pero sin duda, lo que mas
les preocupaba a todos era si echarían
mucho de menos a su mamá y a su papá …
Había también, al otro lado del pueblo, una maestra que
tenía muchas ganas de tener 26 niños a los que poder enseñarles todo lo que
sabía, y ella sabía muchas cosas: canciones, juegos, rimas, poesías,
manualidades, sabía hacer disfraces, pintar la cara con pinturas de
colores y sobre todo sabía contar
cuentos, y eso es lo que mas les gusta a los niños de tres años….
Así que todos pensaron que por qué no juntaban a los niños y
a la maestra en un precioso lugar llamado COLEGIO y se pasaban todo el año conociéndose y
aprendiendo unos de otros. Y así lo hicieron, las mamás y papás llevaron a sus
niños con la maestra y todos juntos
formaron la clase de 3 años mas divertida del mundo.
Resulta que la maestra se llamaba Marisa y a ella le gustaba que la llamaran “Seño
Marisa” y los niños se llamaban:
-Enrique -María -Isabel -Elvira -María -Julia
-Elena -Irene -Rebekka -Carlos -Mara -Álvaro
-Adrian -David -Mario -Anxel -Lucía -Paula
-Cristina -Consolación -Alberto -Manar -Hiba -Juan José
-Mario -Louis
Y así, todos juntos, empezaron la gran aventura del saber.
Al principio los niños echaban mucho de menos a sus papás y
algunos hasta lloraban al despedirse de ellos, pero después se dieron cuenta de
lo buena y lo divertida que era Marisa y pronto le cogieron mucho cariño y
estaban deseando ir a verla cada mañana.
Marisa les enseñó
unas cosas muy muy importantes llamadas letras que , aunque los niños no lo
sabían aún, abrirían las puertas del gran mundo en el que vivimos y serán la
llave para conseguir todo aquello que se propongan…y con esas letras los niños
aprendieron a escribir su nombre, ¡qué orgullosos estaban de si mismos! Se
dieron cuenta de que eran capaces de hacer todo lo que se propusieran! Y eso a
los papás y a las mamás los puso mas contentos que el hecho en si mismo de
escribir su nombre.
Marisa también los
llevó de paseo por el país de los número, las cifras y hasta las cantidades
¡con lo difícil que es eso! Pero nuestros niños, con la gran ayuda de la “Seño
Marisa”, eran capaces de divertirse saltando entre el tres y el uno, subiendo
la escalera y bajando el tobogaaaaaaaaaaaaaaaaaaan!!!!!
Cuando llegó el invierno trajo consigo la Navidad y un
montón de juegos nuevos. Aprendieron quienes eran los esquimales y los árabes,
cómo se vestían y donde vivían y para que fuera más fácil Marisa les enseñó una
canción que luego bailaron en el gran teatro delante de todos los papás y las
mamás. También llegó el Cartero de los Reyes Magos a recoger su carta y a traerles
un libro que era mágico porque olía de verdad.
Con el frio también llegaron los carnavales al cole y cuando ya empezaba
a hacer mas calorcito la Seño se acordó de que había que hacer un gran regalo
para Papá porque hay veces que hay que decirle a los papás cuánto los queremos
y también hicieron un regalo para mamá porque a ella también le gusta que le
digamos lo mucho que la queremos.
Un día la “Seño “ les pidió a las mamás que la ayudáramos a
hacer un disfraz de castañuela para celebrar que el flamenco era Patrimonio de
la Humanidad. Lo pasaron estupendamente en el cole ayudando a la Seño y los
disfraces “molaban” mucho.
Cuando llegó la primavera a la “Seño Marisa” se le ocurrió
una gran idea: les dijo a las mamás y a los papás que fueran al cole a contarles
cuentos porque a los niños les encantan los cuentos, los papás y las mamás
fueron al cole y pasaron días estupendos con los niños contando cuentos,
haciendo dibujos y enseñándoles a los mayores lo divertido que es su cole.
Y así acabó el curso y todos se dieron cuenta de que estaban
muy contentos y felices de haberse conocido: los niños por conocer a la “Seño
Marisa” y a 25 amigos nuevos, la Seño por conocer a estos niños tan
fantásticos, las mamás y los papás porque sus niños querían mucho a la seño y
porque sus hijos eran muy felices en el cole…
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